Los Miercoles Con Petrus - Ya No Tenemos Opio

Históricamente el fútbol ha sido el opio del pueblo; es decir lo que en tiempos delicados, como los que ahora vivimos, nos hacía la vida un poco más llevadera, o incluso nos idiotizaba para alegría de los mandamases. Cierto es que seguimos idiotizados con tan fabuloso juego; durante esos noventa minutos no existe nada en el mundo, solamente un balón de cuero, veintidós jugadores en calzoncillos y miles de gargantas que vociferan y animan. Pero en los últimos años hemos visto como el negocio se ha comido al juego, y eso a la parroquia que anda con los huevos de corbata por la crisis actual le toca la moral. Y es que algo tan del pueblo como es el fútbol se ha ido convirtiendo en artículo de lujo: entradas a cincuenta euros (las más baratas; de ver el partido donde Cristo perdió las sandalias.), partidos en plataformas digítales (nunca más veremos un Barça-Madrid en abierto), sueldos millonarios de los jugadores, etc. Esto último para mí es de lo más preocupante: ¿Cómo pueden ganar tanto dinero? ¿De verdad generan esa millonada? Conforme menos derechos laborales y más trabas encontramos los humanos en nuestras vidas, más ceros añaden a sus cuentas aquellos de los que nos compramos sus camisetas por noventa euros; para que luego tengan la poca vergüenza de decir que están tristes. Me resulta curioso, y yo aquí quejándome… En fin, quizá el fútbol sea esto, una serie de paradojas e incorrecciones. Pero espero que no llegue el día en que este JOGO BONITO se nos vaya de las manos y dejemos de disfrutarlo.