LOS MIERCOLES CON PETRUS - EL INSULTO

Madrid, año 3578; por fin los madrileños han conseguido ser sede de los Juegos Olímpicos, con el tataranieto del tataranieto del tataranieto de Gallardón como alcalde. Ha costado mucho, sangre, sudor y lágrimas, sobre todo lagrimas, de los madrileños que han tenido que ver como para poder financiar cientos de candidaturas se vendía el Parque del Retiro, el Museo del Prado se convertía en un Burguer King y como cambiaban el Oso y el Madroño por una estatua publicitaria de Bob Esponja. Pero bueno…al fin Madrid es Olímpica. Ahora, como todos ustedes saben hay que elegir un nuevo deporte que Madrid debe aportar a la lista deportes Olímpicos. Tiene que ser un deporte que aún no sea Olímpico y que por supuesto dominemos para poder arañar una nueva medalla. Desgraciadamente la eyaculación precoz y el ausentismo laboral ya fueron elegidos deportes Olímpicos en Gibraltar 3574 y El Vaticano 3570. Pero afortunadamente todavía podemos aportar el deporte que más dominamos y con el que aumentaríamos nuestro medallero. Se trata del insulto, porque a originales en los insultos no nos gana nadie: que nos pongan un alemán, un japonés y un argentino y los dejamos tiritando. Y ya si aportamos a los más virtuosos de la materia, los gitanos, la gloria sería nuestra. Maratón de insultos, insulto por relevos, el insulto mas bestia, incluso la variedad más extrema la crítica gratuita y así un sin fin de variedades de echar mierda por la boca. Pero lo que realmente dejará al mundo boquiabierto será nuestra mascota, GÜEVINES “un par de huevos peludos”, que es lo que le han echado nuestros dirigentes para sacar adelante esta candidatura, a pesar de dejarnos sin un puto duro en las arcas nacionales. Afortunadamente tenemos nuestra especialidad nacional para mandarlos a la mierda: EL INSULTO.